[ Traveller ] [ Astronavegantes y privateers ]
Decidir dónde empezar una campaña en el extensísimo universo de Traveller es complicado. Las regiones transfronterizas siempre dan juego; por lo desconocido, lo misterioso y lo salvaje. En esta línea, la Marca Espiral y el Brazo Troyano captaron mi atención y mis lecturas. Aventuras en la Marca, Tras la Garra, Sword Worlds (Mundos Espada), Skandersvik y Los Piratas de Drinax, y algún flirteo también con El Gran Abismo. Tenía gran mi espacio de aventuras.
Los Viajeros (personajes jugadores), un grupo de individuos desconocidos entre sí, cada uno con una vida anterior ligada al Tercer Imperio, coincidieron en el mismo propósito, tiempo y lugar, arrastrados por una sensación personal de fin de ciclo y la aparición fortuita de una oportunidad de cambio.
Atravesaban una época de renovación impulsada desde sus propios anhelos: romper con una situación de rutina y mediocridad perpetuas, deseo de experiencias y adrenalina, recuperar la ilusión del aprendiz ante nuevos retos y descubrimientos, o simplemente escapar lejos de las normas encorsetadas de la ciudadanía imperial. De fondo, dejar atrás sus vidas insatisfactorias y lanzarse hacia algo divergente.
Jugadores con personajes crecidos en la organizada sociedad del Tercer Imperio, en sistemas con mayor o menor grado de evolución, que rompen con sus insípidas vidas y se arrojan allá donde las reglas se resquebrajan. Navegantes rumbo a sistemas solares ajenos, al mando de sus nuevos destinos.
Desde sus distintas realidades, habían iniciado y mantenido contacto recurrente con la Oficina de Operaciones del Servicio de Exploración Interestelar Imperial, con la esperanza de hallar una oportunidad de enrolarse en alguna empresa emocionante. A favor, pericia, conocimiento y habilidades en sus distintos campos profesionales; en contra, ninguno pretendía un compromiso duradero, más bien una experiencia de tanteo, de duración acotada.
La ocasión se presentó. La estación del Servicio de Exploración Interestelar Imperial en Grote, astropuerto importante en la frontera del Tercer Imperio con el Brazo del Arquero, requería personal para trabajos de recuperación de logística imperial desde el otro lado de la frontera. No detallaba más sobre los encargos, pero sí explicitaba que se trataba de contrataciones temporales remuneradas de personal externo.
El Brazo del Arquero era una zona ultra-fronteriza de sistemas con sus propios intereses. Colindaba hacia el núcleo con los territoriales y orgullosos Mundos Espada y hacia el borde con el Brazo Troyano, conglomerado efervescente de sistemas independientes surgidos tras la caída del malogrado Imperio Sindaliano. Los territorios eran menos cívicos, menos evolucionados, menos reglamentarios, menos estructurados, menos protectores, y con menor desarrollo industrial y tecnológico. Sin embargo, por eso mismo eran lugares de oportunidades para quiénes supieran manejarse entre sus riesgos. Además, se acompañaba de la épica y el misticismo de las ruinas de aquella gran civilización perdida.

Los Viajeros se imaginaron como candidatos aptos. Debían desplazarse a Grote para posturlarse. Cada uno se puso en marcha dejando atrás sus situaciones particulares. En el peor de los casos y si el resultado era desfavorable, ya se encontrarían en la frontera hacia esos mundos de impredecibles oportunidades.
Grote en la frontera del Tercer Imperio →
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